Revista Electrónica de Medicina Intensiva. Comentario al artículo especial nº 1. Vol 2 nº 12, diciembre 2002
Autor: Pablo Monedero
Sr. Director:
El artículo del Dr. Palencia (1) refleja claramente la situación de la Medicina Intensiva española, aunque no sea cierto que “no tiene voz ni voto en la construcción de la especialidad europea” porque disponen de representantes en la Sociedad Europea de Cuidados Intensivos (ESICM). Su queja de “privación de derechos” y su exigencia “como un derecho irrenunciable que se nos dé un trato igual que a los especialistas de todos los demás estados miembros de la Unión Europea” es una contradicción, que refleja cómo los intensivistas “primarios” españoles pretenden ignorar la realidad. La realidad consiste en que la medicina intensiva es una especialidad multidisciplinar y que tanto la Unión Europea de Médicos Especialistas (UEMS) como la Comisión de Gobierno Europeo están de acuerdo en este concepto, como se afirma en la declaración de la ESICM publicada en septiembre (2). Pretender mantener en España una especialidad primaria de Medicina Intensiva es ir en contra de la construcción europea e impedir el libre movimiento de profesionales médicos, lo que no va a ser permitido por la organización médica ni por los órganos de gobierno europeos. La postura del Dr. Cabré en su comentario (3), que quiero suponer que no coincide con la posición oficial de la SEMICYUC a pesar de ser su vicepresidente, es el modo equivocado de afrontar el problema que tienen planteado los intensivistas “primarios” españoles. La medicina intensiva como especialidad primaria está en vías de extinción y no se arregla nada con afirmaciones ofensivas para nuestros colegas europeos (afirmar que los profesores De Lange, Van Aken y Burchardi no son intensivistas es vergonzoso) o arrogándose la exclusividad en la ciencia y experiencia del manejo de los pacientes críticos, despreciando el trabajo de otros profesionales que llevamos años cuidando adecuadamente a nuestros pacientes críticos. En Europa nosotros y nuestros colegas nos denominamos “anestesiólogos intensivistas” y el número de intensivistas anestesiólogos europeos es muy superior al de “intensivistas primarios” españoles. Es necesario un esfuerzo por parte de los actuales dirigentes de la SEMICYUC para no perpetuar el problema, engañando a los médicos que quieren formarse en medicina intensiva y que se les cierren las puertas en Europa por ofrecerles una especialidad primaria vía MIR, que no estará reconocida y que dejará de existir en breve. Los miembros de la SEMICYUC deben darse cuenta de que su trabajo no está amenazado, sino que para “que se nos dé un trato igual que a los especialistas de todos los demás estados miembros de la Unión Europea” necesitan buscar una solución que armonice nuestra organización y práctica en España a la existente y requerida en Europa. Esa solución pasa necesariamente por establecer conversaciones con otras especialidades médicas e iniciar las vías de acceso a la medicina intensiva a través de especialidades primarias, como Anestesiología, Medicina Interna, Cirugía, Pediatría, ... para no perpetuar el problema español. ¿Tendrá la SEMICYUC la visión de futuro necesaria o habrá que imponérsela desde el exterior por presión política?
1. Eduardo Palencia Herrejón. La especialidad de Medicina Intensiva en Europa. REMI 2002; 2 (12): A1.
2. De Lange S, Van Aken H, Burchardi H. ESICM statement: Intensive care medicine in Europe – structure, organisation and training guidelines of the MJCICM of the UEMS. Intensive Care Med 2002; 28: 1505-1511.
3. Lluis Cabré. Comentario al artículo especial nº 1, Vol 2, nº 12, diciembre 2002. REMI
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